SONETO
22-1-2011
Bajo el rosado manto de la aurora
entreabro mis enrojecidos ojos
quemados como si fueran abrojos
por lágrimas que fluyen a deshora.
Es llanto que provoca la impotencia
de ver la sociedad tan corrompida,
impera la injusticia consentida,
se entierran la verdad y la conciencia.
Quisiera conservar cierta esperanza,
tal vez no todo sea prepotencia,
ni domine el deseo de venganza.
Anhelo descubrir cierta templanza
poder regocijarme en su presencia
volver a revivir la confianza.
Palmi